«La ley del ejercicio profesional del arquitecto fue una conquista.»

El 13 de noviembre de 1992, los arquitectos de Bolivia se congratularon por la promulgación de la Ley que regula el ejercicio de la profesión y los ampara ante la sociedad. Detrás de ese hecho histórico estaba el arquitecto Ronald Castedo Allerding, junto a otros colegas de diversos colegios departamentales y del nacional.  

Castedo llegó al Colegio de Arquitectos de Santa Cruz en 1988, después de haber desempeñado algunos cargos en los directorios ampliados. Trabajó con Rony Vaca Pereyra en las primeras contiendas para la aprobación de la ley.

Asegura que no fue para nada fácil conseguir la norma. Previo a ella los gremios profesionales trabajaban bajo el paraguas de los decretos; en aquella época regía uno dictado por el presidente Hugo Banzer Suárez.

“Fue duro meter el proyecto en la Cámara de Diputados, pero se lo consiguió con la colaboración de Leopoldo ‘Polilla’ López y Leopoldo Fernández. Ellos ejercieron una suerte de padrinazgo para que sea agendada para su tratamiento”, cuenta Castedo.

Parte del retraso de su ejecución se debió al celo de otros profesionales, por lo que en varias ocasiones se tuvo que frenar su proyecto y antes se tuvo que definir el rol del arquitecto y ponerlo en el papel. “Bolivia debe ser uno de los pocos países en contar con una ley del ejercicio profesional del arquitecto”, puntualiza.

Para Ronald Castedo, conocido en el medio como “Chichi”, la ley era importante para regular a los arquitectos y para ampararlos, pero, además, el código permitiría desempeñar el rol para el que académicamente habían sido formados. Los arquitectos no podían ser dueños de instrumentos de planificación de una ciudad sin la fuerza de una norma que los ampare.

“La ley nos obligó a atender los temas de ética profesional, los de desempeño y los de reglamento de concurso. Asimismo, con la normativa se ha robustecido el funcionamiento del Colegio de Arquitectos de Bolivia en estos 30 años”, dice Castedo Allerding. “La norma marca perfectamente los límites de nuestro accionar”.

En la memoria de quien fue presidente del Colegio de Arquitectos de Bolivia de 1999 a 2001 están Martha Elcuaz, Carlos Barrero, Froilán Cavero, Francisco Urdininea, Denis Bruno, Guido Terrazas… Todos ellos aportaron con ideas y fueron los que promovieron la ley para su aprobación.  

Según él, la ley la han cumplido los arquitectos, pero muchas veces ha sido olvidada por las autoridades que tenían que ajustarse a ella. “No la tomaron en cuenta en los temas referidos a la convocatoria de concursos, a los procesos de planificación y a la gestión democrática de nuestras ciudades. Creo que sin la norma hubiese sido más caótico el crecimiento de las ciudades del país”, sostiene. “Si de verdad se obedeciera lo que manda la ley, con seguridad que nuestras ciudades fueran merecedoras de mejor suerte; tuviéramos una planificación mucho más seria y responsable”.

Castedo reitera que la Ley 1373 del Ejercicio Profesional del Arquitecto se consiguió gracias al trabajo mancomunado de los colegiados departamentales con el nacional. Él la consideró como un regalo para todo el gremio: “Fue una conquista y un referente para que en otros países nos sigan los pasos”.

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